El tratamiento de la aversión al sexo no es muy diferente al tratamiento del resto de aversiones o fobias (centrándonos en el plano sexual). Consiste en programar una serie de situaciones progresivas para que, de forma gradual, vaya reduciéndose ese rechazo y evitación (desensibilización sistemática). 

Por ejemplo ante una fobia a los perros, tras trabajar la ansiedad y los pensamientos irracionales, iremos exponiendónos poco a poco ante el estímulo fóbico. Comenzaré con fotografías y vídeos, posteriormente cachorros, luego perros de raza pequeña, etc.

¿Cómo se consigue?

Como en cualquier terapia, depende del caso. En primer lugar, dependiendo de si existe ansiedad o no, nos centraremos en disminuir los niveles de ansiedad y los posibles pensamientos irracionales si existiesen.

Conseguido el primer objetivo, según si la aversión es muy grave o no, continuaremos con la autoestimulación para luego seguir con la desensibilización sistemática (o imaginada de ser necesario). Finalmente, en la última etapa del proceso nos centramos en ejercicios de erotización, para ir perdiendo ese rechazo al sexo de forma gradual y sin presiones. 

Todo lo anterior tiene como objetivo que poco a poco, se consigan herramientas para la gestión emocional y de pensamientos ante los encuentros íntimos, para finalmente, ir aprendiendo nuevas asociaciones placenteras y satisfactorias respecto al sexo.