Para el tratamiento, como ante cualquier intervención, es importante comenzar con una entrevista exhaustiva. Con ello establecemos la hipótesis del problema y descartamos otros problemas asociados. Según el caso, abordamos una serie de problemas influyentes en el deseo (por ejemplo, intervenir con terapia de pareja, ya que si la relación está muy deteriorada es poco probable mejorar el deseo).
Descartados estos problemas «añadidos», nos centraremos en aumentar el deseo a través de una serie de propuestas y mejorando la intimidad en la relación, ya que contribuye positivamente al deseo.
¿Cómo se consigue?
Como se plantea en el punto anterior, disminuir la ansiedad, mejorar la relación de la pareja, favorecer un espacio para la intimidad y para los ejercicios que se planteen durante el proceso, aumentar el intercambio de conductas positivas y trabajar los pensamientos negativos respecto al sexo o en cuanto al desempeño sexual, mejorará notablemente el nivel de deseo.
También se trabaja a nivel individual, fomentando y estableciendo un tiempo dedicado para el aumento del deseo sexual a través de la autoestimulación, lecturas eróticas, fantasías, etc.