Vaginismo mujer mirando a traves del cristal

VAGINISMO

Vaginismo mujer mirando a traves del cristal

VAGINISMO

QUÉ ES EL VAGINISMO

Vaginismo: Proceso mediante el cuál se produce una contracción espasmódica de la musculatura que rodea el tercio externo vaginal al proceder al coito. Impide la penetración a pesar de una correcta lubricación y una erección adecuada.

 

Para el DSM IV-TR, la característica esencial es la «contracción involuntaria, de manera recurrente o persistente, de los músculos perineales del tercio externo de la vagina frente a la introducción del pene, los dedos, los tampones o espéculos».

 
Sin embargo, vaginismo no supone ausencia de excitación, a pesar de que en la mayoría de ocasiones suele ir acompañado de cierta aversión sexual y a veces de un trastorno de excitabilidad.

PREVALENCIA

Para Masters y Johnson (1970) entre un 2 y 3% de las mujeres en general y el 10% de las que acuden a consulta tienen vaginismo.
En el Instituto Andaluz de Sexología y Psicología, las consultas sobre la cuestión suponen el 1,6% del total (Cabello Santamaría, 2003).
En una serie de la central London Genitourinary Medicine Clinic, entre mujeres con disfunciones sexuales, el vaginismo supone el 25 % (Gold-merier, Keane, Carter, Hessman, Harris et all, 1997). Algunos autores sitúan la cifra en un 25,5% de la población general (Nobre, Pinto-Gouveia y Gomes, 2006).

CAUSAS

Como en otras disfunciones sexuales, podemos distinguir factores físicos y psicológicos: 
Factores físicos como:
– Endometriosis
– Himen hipertrófico
– Tumores pélvicos
– Inflamaciones de la pelvis
– Hemorroides
 
Estos procesos no implican directamente el vaginismo, sino que pueden producir dolor y condicionar el espasmo. Por lo que es frecuente que una vez desaparezca la patología, el vaginismo condicionado se mantenga.
 
 
Causas psicológicas
Kaplan (1974) afirma que el vaginismo es una respuesta fóbica. En el Instituto Andaluz de Sexología y Psicología, entre las causas predisponentes se encuentran actitudes erotofóbicas (por una educación religiosa estricta), falta de información sexual, abusos sexuales, una mala socialización del control de esfínteres, miedo excesivo al embarazo, etc…).
 
Los factores precipitantes son miedo y dolor, siendo mucho más frecuente el miedo (de hecho, es el causante del dolor en la mayoría de ocasiones).
Mujeres que van a ser exploradas, justo cuando la mano contacta con los genitales comienzan a quejarse del dolor
(antes incluso de que se haya intentado ninguna maniobra exploratoria).
 
Como factores mantenedores, Abraham y Porto (1979), denominaron factores generadores de ansiedad: miedo al fracaso, obligación de resultados, altruismo excesivo y autosupervisión. También es importante señalar los pensamientos intrusivos y negativos: «no podré», «soy un desastre», «no sirvo como mujer»…

CLASIFICACIÓN

El vaginismo se puede clasificar según la intensidad y según las dimensiones:
Según la intensidad:

 – Leve: permite relaciones sexuales satisfactorias, con incapacidad para ser penetrada..

– Moderado: Pese a sentir placer durante el juego erótico, no es posible introducir nada.
– Grave: A incapacidad para ser penetrada se une una situación de rechazo a todo lo relacionado con el sexo, reflejando maniobras de evitación.
– Muy grave: Intensa sensación de miedo cuando se prevé una relación sexual, además, suele acompañar trastorno de la excitabilidad y aversión sexual.
 
Según las dimensiones:
– Primario: El problema ha existido siempre (90% de los casos). 
– Secundario: Tras una época donde ha sido posible la penetración, aparece el problema.
– Situacional: Cuando unas veces se puede producir la penetración y otras no, o con algunas parejas si y con otras no. 
– Generalizado: Forma más frecuente, dónde la mujer no puede ser penetrada bajo ninguna circunstancia.
– Parcial: Posibilidad de penetrar al menos un poco, motivo de un espasmo que no llega a ser completo.

TRATAMIENTO

Para el tratamiento del vaginismo se han empleado múltiples modelos terapéuticos. O´Donohue (1997) afirma que la terapia sexual supone el tratamiento de mayor eficacia para dicho problema, consistiendo en una desensibilización sistemática. Con la desensibilización, el 97,2% de las pacientes pudieron tener relaciones sexuales con penetración tras el tratamiento. Mejorando además, el deseo sexual del 35% de las mismas y la autoaceptación de su propio cuerpo. 
 
¿Cómo se consigue?
 
En primer lugar se abordará el caso con una minuciosa entrevista, a fin de hacer una correcta evaluación para el tratamiento. Dependiendo del caso en particular, habrán de abordarse una serie de actitudes, pensamientos y emociones o no, realizando un crecimiento erótico. Por ejemplo, eliminar actitudes y prejuicios respecto al sexo o los propios genitales en caso de que existiesen, disminuir los niveles de ansiedad y pensamientos disfuncionales, etc.

Seguidamente se trabajarán ejercicios y técnicas concretas, como la desensibilización en vivo para el vaginismo. Con esto, conseguimos de forma gradual, que la mujer poco a poco vaya relajándose ante la autoestimulación y posteriormente, ante las relaciones sexuales con penetración. 

No lo dudes y reserva tu tiempo para solucionar el vaginismo. 

DISPAREUNIA

La dispareunia se refiere al dolor coital. El DSM IV-TR la define

como «dolor genital recurrente o persistente asociado con el coito,

causa malestar acusado e interfiere en las relaciones interpersonales…»

DESEO SEXUAL

HIPOACTIVO

El deseo sexual hipoactivo se define cuándo «existe una disminución

o ausencia de fantasías y deseos de actividad sexual, de forma

persistente o recurrente, y el trastorno provoca malestar…»

Dispareunia chica mirando a camara sonriendo

DISPAREUNIA

DESEO SEXUAL HIPOACTIVO pareja besándose bajo arbol

FALTA DESEO

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