El deseo sexual hipoactivo se define cuándo «existe una disminución o ausencia de fantasías y deseos de actividad sexual, de forma persistente o recurrente, y el trastorno provoca malestar acusado o dificultades de relación interpersonal», según el DSM IV-TR.
Sin embargo, en ocasiones no tener deseo no es una patología, sino que no existen los inductores necesarios (como en una mala relación de pareja).
Por lo que parece más lógico definirlo como «la ausencia o disminución de pensamientos o fantasías sexuales, y de interés en iniciar un encuentro sexual, en presencia de adecuados inductores externos del deseo» (Cabello Santamaría, 2007).