El motivo más sólido por el que alguien puede realizar
un cambio en su vida, es por uno mismo.
Puedes impulsarte o apoyarte en motivadores externos (conseguir algo, para agradar a alguien…), pero si esos motivadores desaparecen o no se perciben, el cambio no se mantendrá en el tiempo…
A veces, algunas personas vienen a terapia con su pareja “obligadas”
o bajo el ultimátum, sin ninguna intención ni motivación para cambiar…
Muchas veces conseguimos su implicación con un pequeño empujoncito, pero no siempre. Como resultado: no se implican, no realizan las tareas que se proponen, no ven avances, hasta que uno de los dos tira la toalla…
Yo suelo poner el siguiente ejemplo: ¿Qué pasa si me apunto a un gimnasio y pago mi cuota, pero ni voy, ni hago ejercicios?…
Pues eso mismo…