Tras una ruptura de pareja es necesario tiempo para: primero para asimilar las emociones y en segundo lugar para la adaptación a la nueva situación.
Realmente nos referimos a un proceso de ruptura, se requiere tiempo y además tomar un papel activo para superarla. Por lo tanto, surgirán dificultades si la estrategia para superar la ruptura consiste en aislarse indefinidamente esperando a que el tiempo lo cure todo.
Además de la propia ruptura, surgen dudas e incertidumbre: ¿y si mi pareja se ha dado cuenta y cambia…?, ¿y si no encuentro a nadie…?, ¿habré hecho bien…?. Dudas bastante comunes, pero si la relación está rota y uno de los dos miembros no quiere retomarla, solo servirán para alargar el malestar.
También aparecen sentimientos de soledad, malestar, recuerdos y pensamientos intrusivos, situaciones o estímulos que recuerdan a la expareja, cambios en los círculos sociales,etc.
En algunas ocasiones, cuando el proceso ruptura no se desarrolla correctamente se producen desajustes emocionales y/o conductuales que hacen sufrir a la persona, si esta situación se alarga pueden aparecer otro tipo de complicaciones como ansiedad o depresión.
¿Cómo superar el proceso de ruptura?
El primer será comprender el motivo de la ruptura; entendiendo los motivos podemos asimilar lo ocurrido. La segunda etapa sería la aceptación, asimilar definitivamente que la relación se ha acabado.
Posteriormente se trabajan aspectos como la autoestima y las emociones, según el estado actual será necesario trabajar el estado anímico y/o la ansiedad, siendo todo lo anterior un estabilizador para establecer nuevos vínculos.
Como resultado se consigue el cierre de la antigua relación y la preparación a relaciones futuras a través de la programación de actividades cotidianas y/o nuevas y el autoconocimiento y mejora personal.