En las personas y relaciones emocionalmente dependientes suelen darse ciertos patrones frecuentes y comunes, es por este motivo por el que podemos darnos cuenta de una dependencia (aunque  sea eventual). Algunos ejemplos de esos patrones pueden ser:

En las personas dependientes

– Obsesión por la otra persona persona de quién depende su bienestar (no se disfruta sin su compañía).

– Baja autoestima, sentimiento de inferioridad.

– Sobre-identificación con otra persona.

– Anteposición de la relación de la pareja al resto de relaciones (descuidando las relaciones familiares o amistades).

– Aceptación de opiniones y posturas de la pareja, sin llevar la contraria por temor a un conflicto.

– Descuido de los propios intereses y necesidades, necesidad de satisfacer a la otra persona como prioridad.

– Necesidad constante de afecto y atención por parte de la pareja. La ausencia de estas muestras generará malestar o ansiedad.

– Miedo constante a perder a la pareja (aunque la relación sea satisfactoria).

– Asumir la culpa ante cualquier enfado de la pareja.

– Demanda de prioridad, necesidad de ser el centro de la vida de la otra persona.

– Necesidad de acceso continuo e inmediato a la pareja (llamando por teléfono por ejemplo).

En las parejas de personas dependientes

– Autoestima elevada. Que puede potenciarse por la relación.

– Actitud dominante, aprovechando la sumisión del dependiente.

– Distanciamiento emocional. Como reacción al agobio de la persona dependiente o como manipulación.

– Comportamiento o exigencias desiguales, otorgándose ciertos “privilegios” que no se concede a la pareja dependiente.

– Ocasionalmente presentan rasgos narcisistas. Es de su agrado la dependencia de su pareja ya que ven reforzada su autoestima.

– Suelen tener cierto carisma y buenas habilidades sociales.