

Modelos explicativos de la depresión: Teorías sobre sus orígenes y desarrollo.
La depresión es un trastorno complejo y multifacético que puede ser abordado desde diferentes perspectivas. A lo largo de los años, se han propuesto varios modelos explicativos que intentan esclarecer las causas y mecanismos subyacentes de esta condición. Estos modelos ofrecen marcos de referencia importantes para comprender cómo se desarrolla la depresión y cómo puede ser tratada.
1. La teoría de la indefensión aprendida: Seligman (1975).
Uno de los modelos más influyentes para explicar la depresión es la teoría de la indefensión aprendida, propuesta por el psicólogo Martin Seligman en 1975. Según esta teoría, la depresión es el resultado de la exposición prolongada a situaciones que una persona percibe como incontrolables.
Cuando alguien se enfrenta repetidamente a circunstancias donde siente que no puede influir ni cambiar los resultados (por ejemplo, situaciones de abuso, fracasos constantes o sufrimiento sin salida aparente), desarrolla la creencia de que no tiene poder sobre su entorno. Esta sensación de falta de control genera un sentimiento de desesperanza que, con el tiempo, puede desencadenar síntomas depresivos.
Seligman observó que esta incapacidad de cambiar la situación produce una reducción de las respuestas del individuo, lo que impide que la persona adopte nuevas formas de afrontar las adversidades. Como resultado, los sentimientos de tristeza y desesperanza aumentan, perpetuando el ciclo de la depresión.
2. El modelo de atribución de Abramson, Seligman y Teasdale (1978).
A raíz de la teoría de la indefensión aprendida, surgieron enfoques que profundizaron en el análisis de cómo las personas interpretan las situaciones negativas y cómo estas interpretaciones afectan su estado emocional. Abramson, Seligman y Teasdale (1978) desarrollaron un modelo que amplía la teoría inicial, introduciendo un enfoque más detallado sobre cómo las personas atribuyen causas a los eventos que experimentan.
Este modelo está en línea con la teoría de la atribución de Weiner (1986), que destaca cómo las personas interpretan los eventos negativos en términos de varias dimensiones clave:
- Interno vs. Externo: ¿Atribuyes tus fracasos a factores internos, como tus propios defectos o a factores externos fuera de tu control?
- Estabilidad vs. Inestabilidad: ¿Crees que las causas de tus fracasos son permanentes o que pueden cambiar con el tiempo?
- Especificidad vs. Globalidad: ¿Crees que el fracaso se aplica a una situación específica o que afecta a todas las áreas de tu vida?.
Según estos modelos, las personas con depresión tienden a hacer atribuciones internas, estables y globales sobre los eventos negativos de sus vidas. Esto significa que suelen percibir los fracasos como algo derivado de sus propias fallas (interno), algo que no cambiará (estable) y que afecta a todas las áreas de su vida (global). Este tipo de interpretaciones perpetúan el sentimiento de desesperanza y refuerzan los síntomas de la depresión.
3. La importancia de las creencias y la interpretación de los eventos
En términos más generales, estos modelos nos enseñan que las creencias y pensamientos que una persona tiene sobre sí misma y sobre el mundo juegan un papel fundamental en el desarrollo y el mantenimiento de la depresión. Interpretar los eventos negativos de manera destructiva contribuye a la percepción de no tener control y genera una sensación de impotencia que puede llevar a la depresión.
Los trastornos depresivos no solo surgen de una combinación de factores biológicos y genéticos, sino también de la forma en que una persona interpreta y se enfrenta a los eventos de su vida. Las personas con un patrón de atribución negativo tienen más probabilidades de desarrollar depresión, especialmente cuando se enfrentan a situaciones difíciles.
Nuevas perspectivas y enfoques terapéuticos.
La evolución de los modelos explicativos de la depresión ha permitido un entendimiento más profundo de sus mecanismos subyacentes. Desde la teoría de la indefensión aprendida de Seligman, hasta el enfoque de las atribuciones desarrollado por Abramson, Seligman y Teasdale, estos modelos nos muestran que la depresión no es solo un estado emocional, sino un proceso cognitivo que está profundamente influenciado por cómo percibimos y respondemos a los eventos negativos de nuestra vida.
Estos enfoques han dado lugar a nuevas estrategias terapéuticas, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), que se centra en ayudar a los pacientes a identificar y cambiar sus patrones de pensamiento negativos y poco realistas, para romper el ciclo de desesperanza y mejorar su bienestar emocional.
Modelos explicativos de la depresión: Teorías sobre sus orígenes y desarrollo.
La depresión es un trastorno complejo y multifacético que puede ser abordado desde diferentes perspectivas. A lo largo de los años, se han propuesto varios modelos explicativos que intentan esclarecer las causas y mecanismos subyacentes de esta condición. Estos modelos ofrecen marcos de referencia importantes para comprender cómo se desarrolla la depresión y cómo puede ser tratada.
1. La teoría de la indefensión aprendida: Seligman (1975).
Uno de los modelos más influyentes para explicar la depresión es la teoría de la indefensión aprendida, propuesta por el psicólogo Martin Seligman en 1975. Según esta teoría, la depresión es el resultado de la exposición prolongada a situaciones que una persona percibe como incontrolables.
Cuando alguien se enfrenta repetidamente a circunstancias donde siente que no puede influir ni cambiar los resultados (por ejemplo, situaciones de abuso, fracasos constantes o sufrimiento sin salida aparente), desarrolla la creencia de que no tiene poder sobre su entorno. Esta sensación de falta de control genera un sentimiento de desesperanza que, con el tiempo, puede desencadenar síntomas depresivos.
Seligman observó que esta incapacidad de cambiar la situación produce una reducción de las respuestas del individuo, lo que impide que la persona adopte nuevas formas de afrontar las adversidades. Como resultado, los sentimientos de tristeza y desesperanza aumentan, perpetuando el ciclo de la depresión.
2. El modelo de atribución de Abramson, Seligman y Teasdale (1978).
A raíz de la teoría de la indefensión aprendida, surgieron enfoques que profundizaron en el análisis de cómo las personas interpretan las situaciones negativas y cómo estas interpretaciones afectan su estado emocional. Abramson, Seligman y Teasdale (1978) desarrollaron un modelo que amplía la teoría inicial, introduciendo un enfoque más detallado sobre cómo las personas atribuyen causas a los eventos que experimentan.
Este modelo está en línea con la teoría de la atribución de Weiner (1986), que destaca cómo las personas interpretan los eventos negativos en términos de varias dimensiones clave:
- Interno vs. Externo: ¿Atribuyes tus fracasos a factores internos, como tus propios defectos o a factores externos fuera de tu control?
- Estabilidad vs. Inestabilidad: ¿Crees que las causas de tus fracasos son permanentes o que pueden cambiar con el tiempo?
- Especificidad vs. Globalidad: ¿Crees que el fracaso se aplica a una situación específica o que afecta a todas las áreas de tu vida?.
Según estos modelos, las personas con depresión tienden a hacer atribuciones internas, estables y globales sobre los eventos negativos de sus vidas. Esto significa que suelen percibir los fracasos como algo derivado de sus propias fallas (interno), algo que no cambiará (estable) y que afecta a todas las áreas de su vida (global). Este tipo de interpretaciones perpetúan el sentimiento de desesperanza y refuerzan los síntomas de la depresión.
3. La importancia de las creencias y la interpretación de los eventos.
En términos más generales, estos modelos nos enseñan que las creencias y pensamientos que una persona tiene sobre sí misma y sobre el mundo juegan un papel fundamental en el desarrollo y el mantenimiento de la depresión. Interpretar los eventos negativos de manera destructiva contribuye a la percepción de no tener control y genera una sensación de impotencia que puede llevar a la depresión.
Los trastornos depresivos no solo surgen de una combinación de factores biológicos y genéticos, sino también de la forma en que una persona interpreta y se enfrenta a los eventos de su vida. Las personas con un patrón de atribución negativo tienen más probabilidades de desarrollar depresión, especialmente cuando se enfrentan a situaciones difíciles.
Nuevas perspectivas y enfoques terapéuticos
La evolución de los modelos explicativos de la depresión ha permitido un entendimiento más profundo de sus mecanismos subyacentes. Desde la teoría de la indefensión aprendida de Seligman, hasta el enfoque de las atribuciones desarrollado por Abramson, Seligman y Teasdale, estos modelos nos muestran que la depresión no es solo un estado emocional, sino un proceso cognitivo que está profundamente influenciado por cómo percibimos y respondemos a los eventos negativos de nuestra vida.
Estos enfoques han dado lugar a nuevas estrategias terapéuticas, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), que se centra en ayudar a los pacientes a identificar y cambiar sus patrones de pensamiento negativos y poco realistas, para romper el ciclo de desesperanza y mejorar su bienestar emocional.










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