Tipos de celos.
Los celos pueden manifestarse de distintas maneras en las relaciones de pareja. A continuación, describo algunos de los tipos más comunes y cómo afectan tanto a la persona que los experimenta como a la relación en sí:
Celos posesivos: Son los más comunes y generalmente se asocian con una necesidad constante de controlar a la pareja, sintiendo que esa persona «pertenece» a uno. Estos celos surgen cuando hay una sensación de inseguridad, donde la independencia de la pareja puede verse como una amenaza.
Celos de exclusión: Este tipo de celos ocurre cuando una persona siente que no es incluida en actividades importantes para su pareja, como en el ejemplo de «mi pareja no me lleva a un evento como acompañante». Los celos surgen de la idea de que no se es considerado lo suficientemente importante para la otra persona.
Celos competitivos: Los celos competitivos aparecen cuando una persona siente que su pareja tiene más éxito o logros, como el caso de “mi pareja gana más que yo”. Este tipo de celos puede afectar la autoestima y generar sentimientos de rivalidad.
Celos egoístas: En este caso, los celos nacen cuando una persona se siente frustrada por el éxito o la felicidad de su pareja, pensando cosas como “a mi pareja le va mejor, me cabrea con lo que yo me esfuerzo”. Estos celos suelen estar relacionados con la envidia y una sensación de injusticia.
Importante: Aquí no me refiero a las afirmaciones en sí, sino al malestar que estos sentimientos de celos pueden generar. El problema radica en cómo esos celos afectan tanto a la persona que los experimenta como a la relación en general, pudiendo deteriorar la confianza y la comunicación.
Tipos de celos.
Los celos pueden manifestarse de distintas maneras en las relaciones de pareja. A continuación, describo algunos de los tipos más comunes y cómo afectan tanto a la persona que los experimenta como a la relación en sí:
Celos posesivos: Son los más comunes y generalmente se asocian con una necesidad constante de controlar a la pareja, sintiendo que esa persona «pertenece» a uno. Estos celos surgen cuando hay una sensación de inseguridad, donde la independencia de la pareja puede verse como una amenaza.
Celos de exclusión: Este tipo de celos ocurre cuando una persona siente que no es incluida en actividades importantes para su pareja, como en el ejemplo de «mi pareja no me lleva a un evento como acompañante». Los celos surgen de la idea de que no se es considerado lo suficientemente importante para la otra persona.
Celos competitivos: Los celos competitivos aparecen cuando una persona siente que su pareja tiene más éxito o logros, como el caso de “mi pareja gana más que yo”. Este tipo de celos puede afectar la autoestima y generar sentimientos de rivalidad.
Celos egoístas: En este caso, los celos nacen cuando una persona se siente frustrada por el éxito o la felicidad de su pareja, pensando cosas como “a mi pareja le va mejor, me cabrea con lo que yo me esfuerzo”. Estos celos suelen estar relacionados con la envidia y una sensación de injusticia.
Importante: Aquí no me refiero a las afirmaciones en sí, sino al malestar que estos sentimientos de celos pueden generar. El problema radica en cómo esos celos afectan tanto a la persona que los experimenta como a la relación en general, pudiendo deteriorar la confianza y la comunicación.
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