Ante una infidelidad, las parejas se encuentran con dos opciones, continuar con la relación o darla por finalizada. Según varios estudios, el 50% de las parejas donde se han cometido infidelidad por alguna de sus partes, consiguen reponerse y salvar la relación.
En caso de optar por continuar, la infidelidad puede fortalecer el vínculo de la relación a través de un “nuevo equilibrio”, solucionando los problemas que la motivaron. Para el tratamiento de las infidelidades, no existe una única forma de hacerlo, sino que dependerá de la relación existente y de los motivos que han llevado a la infidelidad.
Además del propio sentimiento de traición, suelen darse complicaciones adicionales, como falta de confianza, sensación de humillación, pensamientos rumiativos, intrusivos y ansiógenos, reproches, conductas de control, implicación de familiares… Dificultades que serán necesarias trabajar para superar la situación.
¿Cómo se consigue?
A través de la terapia se facilita la expresión y gestión de las emociones, pensamientos y conductas, dando lugar a un espacio para el diálogo donde encontrar ese nuevo equilibrio.
Según la naturaleza y las dificultades añadidas, se optará por una estrategia u otra a poner en marcha: gestión de la ansiedad y del estado anímico, mejorar la autoestima, cambiar la dinámica de la relación, fomentar y reforzar los vínculos positivos en la pareja, el proceso del perdón y perdonar, técnicas para el control de impulsos, habilidades de comunicación, trabajar la confianza en la pareja, etc.
Todo ello con la finalidad de asentar unas bases sólidas y fiables para un buen desarrollo y evitación de nuevas infidelidades.