La rutina, la monotonía y el aburrimiento son otra de las dificultades en las relaciones de pareja. La pasión inicial se va perdiendo con el tiempo y poco a poco la rutina se instala en el día a día. La rutina no tiene que porque ser mala, pero de no gestionarse puede ser una amenaza para la relación.
Por lo tanto, es importante diferenciar los términos de rutina y monotonía. Mientras que por rutina nos referimos a determinadas pautas establecidas y previsibles, la monotoníaimplicaría desinterés y aburrimiento.
CÓMO SE TRATA
Al caer en la monotonía la tendencia común es responsabilizar a la otra persona (olvidamos que la responsabilidad es de ambos). Por este motivo, es necesario crear pautas conjuntas para evitar la rutina y el detioro de la relación. Reconocer el problema, hablarlo y buscar el compromiso para encontrar una solución.
A la hora de tratar la monotonía en la pareja es necesario comenzar por el proceso de la comunicación. A través del diálogo podemos exponer las insatisfacciones en la relación y así podremos abordar el problema. No es cuestión de “echar balones fuera” culpando a la pareja, más bien al contrario, entender que es un trabajo mutuo con la intención de construir unas bases para recuperar la relación.
¿Cómo se consigue esto?
Como planteábamos anteriormente, el primer paso es la comunicación, ya que nos permitirá cambiar las actitudes de cada uno hacia la relación, entendiendo las causantes principales de la monotonía y ser conscientes de la capacidad para cambiar.
Seguidamente, también es importante incluir el factor sorpresa y el fomento de actividades compartidas. Normalmente, con la apatía y la monotonía aparece la sustitución de ese bienestar en elementos externos a la relación: ya puede ser centrándose en una actividad, como el deporte o un hoby, el trabajo, las amistades… (no tiene porqué ser una tercera persona).
Otro punto a destacar es la expresión de las emociones y sentimientos positivos, que muchas veces no se expresan ya que lo damos por hecho. Esta expresión reforzará la confianza y el intercambio de conductas afectivas.