Psicología para gestionar el estrés en la vida adulta.
Psicología para gestionar el estrés en la vida adulta.
Eustrés y Distrés: Comprendiendo el estrés y su impacto en nuestras vidas.

El estrés es una experiencia universal que todas las personas enfrentamos en algún momento. Aunque a menudo se asocia con efectos negativos, no todo el estrés tiene por qué ser perjudicial. En la década de 1930, Hans Selye, un destacado investigador, propuso que existen dos tipos principales de estrés: el eustrés y el distrés. Estos representan dos caras de la misma moneda, con implicaciones muy diferentes para nuestra salud y bienestar.

 

¿Qué es el Eustrés?

El eustrés es el estrés positivo, una respuesta adaptativa que motiva, impulsa a superar desafíos y ayuda a alcanzar metas.

 

Cuando enfrentamos una situación que percibimos como manejable y desafiante, nuestro cuerpo activa el eustrés, mejorando la concentración, la energía y el rendimiento. Por ejemplo, un examen importante o una entrevista laboral pueden generar eustrés, ayudando a prepararnos mejor y a dar lo mejor de nosotras y nosotros mismos.

 

El eustrés es una fuerza positiva que fomenta el crecimiento personal y profesional, permitiendo adaptarnos a las demandas de la vida cotidiana.

 

¿Qué es el Distrés?

Por otro lado, el distrés es el estrés negativo, que aparece cuando percibimos una situación como abrumadora o incontrolable. Esta respuesta puede volverse crónica y afectar la salud física y mental, interfiriendo en nuestra calidad de vida y afectando relaciones personales, desempeño laboral y salud general.

 

El distrés puede manifestarse a través de síntomas como:

  • Físicos: Dolores de cabeza, tensión muscular, fatiga o problemas digestivos.
  • Emocionales: Ansiedad, irritabilidad o sensación de agotamiento.
  • Conductuales: Dificultades para concentrarse, insomnio o aislamiento social.

Eustrés y Distrés: Dos caras de la misma moneda.

Es importante entender que el eustrés y el distrés no son categorías opuestas, sino extremos de un continuo. Lo que determina si una experiencia genera eustrés o distrés depende de cómo percibimos la situación y de nuestra capacidad para afrontarla.

 

Por ejemplo, un nuevo proyecto laboral puede ser emocionante y motivador (eustrés) o abrumador y estresante (distrés), dependiendo de factores como habilidades, recursos y nivel de apoyo.

 

La terapia cognitivo-conductual (TCC) y el manejo del estrés.

La terapia cognitivo-conductual es una de las intervenciones más efectivas para abordar el estrés, ayudando a identificar y modificar creencias y comportamientos que contribuyen al distrés.

  1. Identificación de pensamientos distorsionados: La TCC enseña a reconocer patrones de pensamiento negativos que amplifican el distrés.
  2. Reestructuración cognitiva: Se reemplazan estos pensamientos con otros más realistas y útiles.
  3. Técnicas de relajación: La respiración profunda, la meditación y la relajación muscular progresiva son herramientas eficaces para reducir los síntomas del estrés.
  4. Manejo del tiempo y establecimiento de prioridades: Organizar tareas y establecer metas alcanzables ayuda a reducir la sensación de sobrecarga.

Si sientes que el estrés está afectando tu bienestar no dudes en pedir ayuda.

Un profesional puede acompañarte en el camino hacia una vida más equilibrada

Eustrés y Distrés: Comprendiendo el estrés y su impacto en nuestras vidas.

El estrés es una experiencia universal que todas las personas enfrentamos en algún momento. Aunque a menudo se asocia con efectos negativos, no todo el estrés tiene por qué ser perjudicial. En la década de 1930, Hans Selye, un destacado investigador, propuso que existen dos tipos principales de estrés: el eustrés y el distrés. Estos representan dos caras de la misma moneda, con implicaciones muy diferentes para nuestra salud y bienestar.

 

¿Qué es el Eustrés?

El eustrés es el estrés positivo, una respuesta adaptativa que motiva, impulsa a superar desafíos y ayuda a alcanzar metas.

 

Cuando enfrentamos una situación que percibimos como manejable y desafiante, nuestro cuerpo activa el eustrés, mejorando la concentración, la energía y el rendimiento. Por ejemplo, un examen importante o una entrevista laboral pueden generar eustrés, ayudando a prepararnos mejor y a dar lo mejor de nosotras y nosotros mismos.

 

El eustrés es una fuerza positiva que fomenta el crecimiento personal y profesional, permitiendo adaptarnos a las demandas de la vida cotidiana.

 

¿Qué es el Distrés?

Por otro lado, el distrés es el estrés negativo, que aparece cuando percibimos una situación como abrumadora o incontrolable. Esta respuesta puede volverse crónica y afectar la salud física y mental, interfiriendo en nuestra calidad de vida y afectando relaciones personales, desempeño laboral y salud general.

 

El distrés puede manifestarse a través de síntomas como:

  • Físicos: Dolores de cabeza, tensión muscular, fatiga o problemas digestivos.
  • Emocionales: Ansiedad, irritabilidad o sensación de agotamiento.
  • Conductuales: Dificultades para concentrarse, insomnio o aislamiento social.

Eustrés y Distrés: Dos caras de la misma moneda.

Es importante entender que el eustrés y el distrés no son categorías opuestas, sino extremos de un continuo. Lo que determina si una experiencia genera eustrés o distrés depende de cómo percibimos la situación y de nuestra capacidad para afrontarla. Por ejemplo, un nuevo proyecto laboral puede ser emocionante y motivador (eustrés) o abrumador y estresante (distrés), dependiendo de factores como habilidades, recursos y nivel de apoyo.

 

La terapia cognitivo-conductual (TCC) y el manejo del estrés.

La terapia cognitivo-conductual es una de las intervenciones más efectivas para abordar el estrés, ayudando a identificar y modificar creencias y comportamientos que contribuyen al distrés.

  1. Identificación de pensamientos distorsionados: La TCC enseña a reconocer patrones de pensamiento negativos que amplifican el distrés.
  2. Reestructuración cognitiva: Se reemplazan estos pensamientos con otros más realistas y útiles.
  3. Técnicas de relajación: La respiración profunda, la meditación y la relajación muscular progresiva son herramientas eficaces para reducir los síntomas del estrés.
  4. Manejo del tiempo y establecimiento de prioridades: Organizar tareas y establecer metas alcanzables ayuda a reducir la sensación de sobrecarga.

Si sientes que el estrés está afectando tu bienestar no dudes en pedir ayuda.

Un profesional puede acompañarte en el camino hacia una vida más equilibrada

No lo dudes y reserva tu tiempo para gestionar el estrés.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR...

                                No lo dudes y reserva tu tiempo para gestionar el estrés.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR...

TE PUEDE INTERESAR...

¿HABLAMOS?

No lo dudes y reserva tu tiempo para gestionar el estrés. 

preloader image